Samuel Cruz. El cuidador de la llave

Uquía.- “Mi vida es una historia, pero grande.” Dice sonriente Samuel Cruz. De hablar pausado, explica que su familia es dueña de un legado que lo enorgullece: tiene a su cargo el cuidado de la iglesia de la Santa Cruz y San Francisco de Paula, construida a fines del siglo XVIII. A lo largo de más de 300 años, sus antepasados han velado por la llave de la puerta de entrada, una pieza única, de plata, que pesa 450 gramos.
Por esta responsabilidad no cobra un solo peso, salvo lo que los turistas le dan cada tanto. “Lo más lindo es recibir a los visitantes, su cariño, y que ellos se vayan contentos de haber podido estar en un lugar con tantísima riqueza”, comenta.
Este templo es histórico: junto a él acamparon Manuel Belgrano y otros próceres de la Independencia. El altar es de madera dorada a la hoja; en el interior, cuelgan los Ángeles Arcabuceros, una de las pocas series completas que existen de arte andino.
Con dos hijos y cinco nietos, Samuel trabajó desde los diez años haciendo un poco de todo: en quintas, en Ledesma, en el ferrocarril, como mozo, cocinero, administrador. Ahora se gana la vida como pochoclero en Humahuaca, donde vive y desde donde viene diariamente para abrir las puertas del templo. Dice que, en los últimos años, en la Quebrada aumentó el turismo, pero que su declaración como Patrimonio no trajo otras mejoras económicas. “En los papeles se dice que hay que cuidar, pero en la realidad las cosas son otras”, mientras reclama a las autoridades que “vean y ayuden a cuidar”.
(Fuente: La Nación Revista- 5 de diciembre de 2007)