7 de octubre: tercer día- Ciudad de Salta


El tercer día del viaje lo dedicamos a recorrer la Ciudad de Salta, la capital de dicha provincia. Se encuentra ubicada al este de la cordillera de los Andes, en el fértil Valle de Lerma a 1.187 metros a ambas orillas del Río Arenales, que divide a la ciudad en centro y norte y, sur. En las últimas décadas el área urbana se ha extendido hasta alcanzar localidades vecinas, conformando lo que se denomina el Gran Salta.
La ciudad fue fundada el 16 de abril de 1582 por el español Hernando de Lerma, cumpliendo órdenes del virrey del Perú, Francisco de Toledo, con el fin de crear una escala en las comunicaciones entre Lima y Buenos Aires.
Salta se destaca por ser la ciudad argentina que mejor ha conservado la arquitectura colonial y antigua. El valle de Lerma, donde se encuentra la ciudad, tiene clima templado, con gran pluviosidad entre diciembre y febrero  


Conocimos el centro histórico, la Iglesia y el Convento de San Francisco, el Cabildo y la Catedral Basílica de Salta. También conocimos la plaza más importante, donde hay un monumento en honor a Arenales.
La
Catedral Basilica fue fundada en 1852 al frente de la Plaza principal, fue construida en donde estuvo la Primera Iglesia Mayor. En su interior se encuentran las míticas imágenes del Señor y la virgen del Milagro, patronos tutelares de la ciudad desde 1692.   

Después, vimos el monumento en honor al General Güemes.
Martín de Güemes fue el principal defensor de las guerras de la Independencia y es considerado un héroe máximo entre los salteños.
Lideró la guerra defensiva, Guerra Gaucha, logrando dejar libre de invasiones realistas a todo el territorio argentino.

Él fue quien le di nombre, uniformo e instruyó a sus soldados, llamándolos “Los Infernales”. Durante seis años ejerció la gobernación de la provincia de Salta. Se presentó en ésta provincia como el protector de los pobres y el más decidido partidario de la Revolución.
A finales del siglo XX, comenzó a verse a Güemes como un protector de los pobres de su provincia. Militarmente, Güemes fue un personaje crucial en la guerra de la Independencia argentina debido a que sin su estrategia, no hubiera sido posible defender el norte del país después de tres derrotas, y no se podrían haber llevado a cabo las campañas de San Martín. Además, bajo su mando, las ciudades de Salta y Jujuy y su campaña defendieron al resto de la Argentina sin ayuda exterior.

A la tarde, estuvimos en el
Parque  General San Martín y fuimos al MAAM. Durante la visita al Museo de Arquitectura de Alta Montaña pudimos aprender sobre algunos de los ritos incaicos de rendir culto a su Dios. Un niño, una niña y una doncella (o niñera), hijos de familias de clase alta y minuciosamente seleccionados desde su nacimiento, eran llevados desde Cuzco, capital del Imperio Inca, hacia la cumbre del volcán de Llullaillaco, a unos 6.730 metros de altura, una travesía de 1600 kilómetros aproximadamente, donde eran enterrados vivos como una ofrenda a su Dios, adornados y acompañados de objetos de Oro y de valor personal. Este rito era considerado un honor, tanto para las familias de los sacrificados como para ellos mismos, por eso las madres u otros familiares los acompañaban durante toda la travesía, para además asegurarse así que los niños llegaran vivos al lugar del rito.
Su conservación se debió a las condiciones típicas previas a una tormenta en la montaña, una mezcla de cenizas, temperatura bajo cero y humedad. La bacteria que normalmente se come la carne de los muertos fue aislada por las cenizas, dejando sólo la humedad. Ese ambiente, lo suficientemente húmedo, ayudó a que se diera un proceso químico, los ácidos bajo la grasa de la piel se elevaron, transformándola en una sustancia tipo jabón, y todo esto, sumado a la capa de hielo encima protegiendo la tumba, hizo que las momias se hallaran en perfecto estado. Es por esto que su descubrimiento fue tan importante para los arqueólogos y científicos, ya que pudieron aprender mucho más sobre las tradiciones de los ritos del sucumbido Imperio incaico. Fueron halladas en 1999 por el equipo del Dr. Johan Reinhard, co-dirigido por la Lic. María C. Ceruti, en una expedición respaldada por National Geographic.

Por la noche visitamos una peña que se llamaba La Panadería del Chuña, donde vimos bailes y escuchamos música típica de la región.